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3.2.14

El amor después del amor

Es cierto.
Todo eso que te cuentan sobre lo que te pasa cuando tenés un hijo es cierto.
Que dormir nunca más es igual.
Que te cambian la vida.
Que te enamoran antes de que te des cuenta de que está pasando.
Es todo cierto.

Escribo con Hija acostada sobre mis muslos, como una ranita de piernas y brazos abiertos, relajados, como mi vieja me contó que me dormía a mi. Y ya empecé a repasar las cosas que no quiero hacer con ella, los errores que no quiero cometer. Que quiero dejarla equivocarse con las cosas simples para que no le tenga miedo a intentar. Y no dejarla ganar siempre para que no se frustre tanto cada vez que algo no sale como ella quiere. Hasta que quiero vestirla de merengue esponjoso pese a que detesto las cosas muy "de nena", para que por hacerme la contra no se convierta en una minita Sarah Key.
Quiero ser mejor para ella, y espero poder verla crecer muchos, muchísimos años. Y me llena de miedo pensar que le pueda pasar algo malo... Porque cuando te pasó algo feo, el miedo a que te vuelva a pasar no se diluye tan fácil.

Y pasan los días y me pregunto cómo voy a volver a mi vida...
Ya antes de que naciera me hacía esa pregunta, pero porque pensaba que la niña me iba a "sacar" mucho tiempo. Hoy la pregunta es distinta...
¿Cómo hago para volver a mi vida sin perderme nada de la vida de ella?
Soy su fan de la primera hora.
Y si me conquistó con apenas una sonrisa, no quiero ni pensar qué voy a sentir cuando me diga mamá.