Writing is saying.
Saying is healing.
Hace unos días terminé de entender que si no hablo periódicamente sobre mi salud, y que si no estoy en contacto permanente con lo que me pasa, mi cuerpo habla por mi. No necesito interlocutor, sólo necesito dejar que las cosas que me llenan de nervios, ansiedad y angustia salgan por algún lugar. Un punto de fuga. Una sublimación.
Ayer escribí durante 15 o 20 minutos, con birome roja, sobre hojas para descarte de mi muy confidencial trabajo. Así como las escribí, las hice tiritas en el shredder y me fui a caminar. Cuatro horas después, mi reloj interno volvía a acomodarse como si nada hubiera pasado.
Me asusta que mi cabeza decida tantas cosas fuera del plano consciente.
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