Le dijimos a mi suegra que la próxima vez que quiera pasear, nos lo diga directamente.
Cuatro horas (entre las esperas, las ambulancias y el hospital) y ocho placas más tarde, nos enteramos de que mi adorada suegra no se rompió nada. Fue solo un susto.
Se asustó ella por un ruido que le hizo el brazo, se asustó Marido, que estaba con ella, se asustaron las enfermeras... Creo que estamos todos muy sugestionados.
Todavía no se si estoy tranquila porque fue solo un susto, o si estoy en el estadío de contención de la violencia que me generan estas cosas. O por ahí estoy teniendo más empatía de la que creo. Tal vez entiendo y acepto más de lo que quiero admitir.
Obviamente, el día no podía terminar así.
Cuando llegamos a casa, la gata nos miraba con un solo ojo. Conjunctivitis, said the vet.
Lunes de médico en médico.
Martes de calma?
Ojalá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario