El norte nos hizo bien.
Fue reencontrarnos con espacios perdidos, con nosotros.
Todo sonrisas, cansancio, sueño y amor. Sin familias, sin trabajos, sin estudio. Sin nada que no fuera el viento fresco en la cara y un montón de ganas potenciadas.
Yo volví con las ideas más organizadas, y estoy implementando los cambios, pero el motto es “menos pensar y más hacer”. Y yôga todas las mañanas. Y pensar en dónde comprar papel, porque todo es plata. Y la casa. Y las cosas que todavía tengo que barnizar y laquear. Y lo que falta hacer. Y la mudanza del taller para recibir a Olga…
Cosas lindas, todas juntas, todas ya.
Si tuviera más tiempo, haría todo lo que digo que quiero hacer?
Cada vez estoy un poco más segura de que si… Y eso me llena de esperanza.
2 comentarios:
La esperanza hace bien.
Yo quiero un ratito de tu tiempo para una cena.
;_;
Besos reina!! Que lindo leerte asi.
10 de agosto de 2012 00:53
Lindo lindo! Que dure ese pensamiento :)
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