Tres años

Ya pasaron tres años desde que se murió mi vieja.
Hoy se cumplen tres años.
Son raras las ausencias, sabés? Son extrañas y duelen.
Ayer revisé un paquete de fotos viejas que tenía dando vueltas hacía tiempo, esperando ser ordenados. Había fotos de mis abuelos, mis primos, mi tío, mamá. Le dejé una pila enorme de fotos a Marido para que me digitalice.
Hay una foto hermosa que mi viejo le sacó a mamá en su luna de miel. Es un primer plano de mi vieja, donde tiene todos los pelos como si estuviera flotando.
Como si estuviera en el agua.

Dos cosas que no te dije

Namber uan:
Había una vez una chica un poco esquizoide que tenía dos cuentas de twitter. Por suerte, con medicación y terapia mediante, unificó sus dos yo's para que todo fuera mucho más simple.

Namber chú:
Liberé al mundo el video de uno de los temas que canté. No me encanta cómo quedó y tuve una violentísima laguna mental con el final... Pero como dice mi teacher es una "foto" de cómo estaba yo ese día. Aprendí un montón de solo hacerlo y ver las grabetas. Lo bueno es que ahora sé en qué tengo que trabajar, y estoy segura de que con un poco más de tablas encima la puedo descoser tranquilamente. Aunque a veces no me lo crea ni ahí. Y no, el link no está en los comments, pero habilitame un mail y te lo envío. Salvo que seas un stalker. O un ex. Porque no da ni a palos (?)

Se ve que tener anginas me simplifica los mambos naturales.
Bienvenida la fiebre, pues.

Prima volta

Después de 6 años, volví a cantar.
Llena de miedos, ansiedad, dudas. Se me salía el cuore por la boca.
Tuve mil rookie mistakes, pero son cosas que con un poco más de tablas se corrigen.
Ahora, lo que quiero saber es si ese "Muy bueno lo tuyo" fue sincero.
Porque ahora, por primera vez en la vida, creo saber qué quiero ser cuando sea grande.

Mellon-Collie and the Infinite Sadness

Nos cancelaron la tinta, pero acá estamos, molando este martes de calor a puro calzón y ventilador.
De más está decir que soy lo menos cuando un plan se me cae. Más cuando estuve casi un mes esperando el día, tachando las fechas del calendario para ponerle colores a mi bichito volador.
Lo bueno es que con la activación se sumaron cosas, y parece que nuestro proyecto kafkiano de casa-caparazón de quitina sigue su rumbo.
En fin... será cuestión de comer una rodaja de melón y relajar.
Por suerte, nuestra verdulería del barrio abre todo el día.

El círculo

Casi un mes desde esa descarga a tierra familiar.
Que se yo, life goes on, shit happens.
Estoy cansada de soportar mis ciclos.
Despertar>Encontrarme>Euforia>Paz>Sopor>Angustia>Apatía>Despertar
La semana pasada me dieron una noticia en lo laboral que me desestabilizó jodidamente.
Otra vez, desnuda frente al espejo.
Me llevó cinco días, tres pizzas, una cremona, media docena de facturas, un kilo de galletitas, catorce piezas de sushi y un cuarto de helado digerir la noticia. De más está decir que engordé como una chancha, no hice nada de ejercicio, hace una semana que no practico yôga, no estudié, no canté, no nada.
Hoy estoy despertando. Estoy tratando de volver a mi eje.
Ordené mi placard, puse un lavarropas y planeo practicar al menos media horita de ásana, para despuntar el vicio.
¿Hace falta que siempre implotemos para explotar después?
¿Hace falta subir para después bajar?
Que se yo, supongo que it's only natural.
Still, it sucks pretty much.
Mañana sale sesión de tattoo familiar.
Y el viernes muestra de canto. Un violero y yo. Y magia.
Días como hoy, entiendo que a Marido le cope ver pelis de terror.
Estoy muerta de miedo.
Pero miedo lindo.