En estos diez días de abstinencia bloguística:
- Volví a taller de grabado
- Conseguí profe de cello
- Con marido, estrenamos patines
- Escribí la mitad de la letra de una canción en español para un colega en Budapest, y en cualquier momento la grabamos
- Incorporamos a AmigadePadre a nuestra cotidianidad... Y trajo torta
Creo que esto de entender mi MO le sacó un poco de angustia a mi "hacer o dejar de hacer".
En grabado aprendí a jugar con más soltura, y eso fue maravilloso... Pero ahí empezó el proceso de darme cuenta de que no puedo sostener un sólo proyecto a la vez. Tener una sola cosa entre manos me agobia. Me persigo tanto con tener que terminarla, que se transforma de inmediato en un DEBER.
¡Muerte al juego!
¡Arriba los grilletes!
Si, en cambio, tengo más de una ocupación; mi cerebrito se queda tranquilo. No es que no "puedo" terminar esa obra de puro incompetente, sino que estoy ocupada haciendo otra cosa. Esa otra ocupación saca mis manos del Proyecto namberuan, pero lo deja corriendo en segundo plano mientras estoy a pleno y con las manos hasta el codo en Proyecto namberchú... Hasta que se termina de armar solito, y un sábado a la madrugada se me ocurre exactamente qué paleta de colores quiero usar en Proyecto namberuan.
Sin angustia.
Sin sentirme lapeordetodas porque no pude terminarlo antes.
Sin hacerme mierda con las cosas que más feliz me hacen.
Siento que descubrí la pólvora.
4 comentarios:
Mejor porque no andas volando al mundo, o tal vez sí pero distintico...
Distintico. Eso :)
Bien! Me encanta leerte asi!
Besoss
:)
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