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6.1.11

El que avisa no es traidor

Me pasa siempre. El tipo se entera de todo antes de que yo misma lo procese, y me tira una punta.
Y yo duermo. Mi cuerpo se empeña en avivarme, y yo no cazo un fulbo. Una y otra vez veo el síntoma, pero no registro de dónde viene... Hasta que llega el momento clave, y se abre el telón.
Hace bastante que estoy con un desbarajuste hormonal marca cañón. Se lo atribuí a mil quinientas cosas, pero seguía pasando. Que "la ansiedad por este proyecto", que "los nervios por aquel viaje", que "la locura previa a tal evento" eran frases que me repetía cual mantras, esperando que este cuerpito gentil entendiera de una buena vez que los nervios estaban bien, pero que esto ya era demasiado.
¡Basta de piquetes, pibe!
Estaba por volverme a hacer un estudio para descartar algo orgánico porque la cosa no daba para más, y en ese tren voy a terapia. Hablando de las giladas de siempre, le digo a Fede que seguro mi mambo es nervioso. Se ríe y me pregunta cuánto hace que estoy así. A mi respuesta, contesta "Y... ¿pasó alguna otra cosa, cambió algo desde esa fecha hasta ahora?"
Ni en pedo me hago cargo.
Le mandé un "Nah... Creo que no"
"¿Y hace cuánto que te sentís incómoda en el laburo?"
Clin-caja.
Sumo, divido y multiplico; y las cuentas me dan todas.

Obviamente, 3 días más tarde, mis hormonas vuelven a la normalidad.
Si serás botón.

5 comentarios:

Srta Bennet dijo...

Che, necesito un Fede.

besos

¨ce_ dijo...

Le puedo preguntar si tiene un amigo prestable :)

Ana María Mesa Villegas dijo...

Ya que vas a preguntar, que sean dos.

¨ce_ dijo...

Hagamos un plebiscito!

Ana María Mesa Villegas dijo...

Estás que organizas algo...